jueves, 2 de septiembre de 2010

Un amigo en México


Estimados grumetes, como gustó empezar a llamarnos así nuestra tutora de viaje, creo que muchos coincidiremos en que estos estudios van a proporcionarnos un futuro lugar de trabajo que además de llenar nuestros bolsillos como cualquier otro trabajo, lo hará de una forma mucho más gratificante y noble.

De antemano ya puedo decir, como apunté a principio de curso, que una de las ventajas que nos brida el horario semipresencial es que se puede seguir desde cualquier lugar del mundo, facilitándonos multitud de anfitriones en diversos países. Y así fue con nuestro compañero Óscar.

Óscar (el puma) y Amadeu (la pera)


Quien antes de salir me aconsejó, muy acertadamente, visitar Oaxaca

Reflejos en el jardí botánico de Oaxaca

y de allí las ruinas de Mitla.


Panorámica de las ruinas de Mitla

Una vez en Oaxaca se podía seguir por el interior hacia Chiapas, pero un comentario de Óscar sobre la costa de Oaxaca nos hizo cambiar nuestra ruta hacia unas carreteras zigzagueantes que desembocan de cabeza a una costa salvaje y no tan masificada como la de la Riviera Maya.


Delfín pico de botella

Pasiaje al despertar

Estaréis de acuerdo conmigo que sólo con el disfrute de los delfines en libertad y el despertarse con este paisaje fue un gran acierto haber hecho caso al comentario de nuestro anfitrión, para después seguir hacia el interior.

Allí, con la libertad que te proporciona una motocicleta, intentar acercarse y conocer la realidad del conflicto zapatista que se produce en el estado de Chiapas es mucho más fácil.


Libertad, la que te proporciona el depósito, anécdota para otro día...

Mujer zapatista

En este estado haría mención especial al ambiente que se vive en las calles de San Cristóbal de las Casas y el especial ritual que se puede observar en la iglesia de San Juan Chamula, lleno de indígenas vendiendo sus artesanías.


Iglesia de San Cristóbal de las Casas

Payasos y niños indígenas

Otro gran acierto fue el lanzarnos en una excursión que desviaba más de 200km nuestro recorrido, y otra vez causada por un par de palabras (Yaxchilán y Bonampak) en un correo de recomendaciones repleto de párrafos que me envió Óscar. Realmente la oportunidad de visitar unas ruinas mayas descubiertas apenas hace 60 años y rodeado de uno o dos grupos reducidos de turistas te hace sentir como un auténtico descubridor al más puro estilo Indiana Jones rodeado de animales viviendo en estado salvaje.


Mono en Yaxchilán

Lo "perseguí" hasta sacarle una foto decente

El salto de estas ruinas, a desmano de cualquier ruta de autocares de turistas, a la costa de la Riviera Maya puede proporcionarte una gran bofetada a la tranquilidad vivida en estas ruinas mediante el acoso que los comerciantes realizan a todos los turistas. De lo malo hay que sacarle partido, así que cenotes solitarios,


Cenote Calavera

estudiar el título de submarinismo en un Dive Center 5 estrellas de PADI a la vez que descubrir un nuevo mundo bajo el agua en la segunda barrera de coral más grande del mundo y buscar lugares recónditos llenos de magia pueden ser una buena solución.

Lugar de Isla Mujeres

Otro lugar mágico

Para despedirme, mostrar a aquellos y aquellas (especialmente las madres) la respuesta a la típica pregunta de: ¿y qué tal está la comida en México?

Recién pescado

Otra comida con Óscar



Espero que este texto y con sus fotografías sirvan para mejorar la visión de país peligroso que se puede tener de México si sólo se leen noticias en los periódicos. Y a la vez aprovecho también para decir a mi grupo de proyecto que lo lean y miren como la postal que les prometí desde México al responder a muy pocos de sus correos.

PD: Espero no haber aburrido y en breve subiré más fotografías en mi Flickr para el que quiera más. Por ahora el que guste, de momento puede pasar y votar, si le apetece, en la siguiente fotografía: Mazunte de noche.

Amadeu.